Se conservan importantes construcciones románicas, como la iglesia de San Juan de Casillas o la de San Serni, así como viejos molinos y casas solariegas con balcones de madera.
Canillo dispone de una gran oferta en el ámbito del turismo activo que invita a disfrutar de la naturaleza. Encontraréis uno de los accesos a la estación de esquí de Grandvalira y el Palau de Gel.